LA RUTA DE LOS CONQUISTADORES (Donde los errores se pagan muy caros)
Por Salvador Ribot – Equipo Crec - Climagas
Decían que era la carrera "MAS DURA DEL MUNDO", no se si lo será para todo el mundo, pero para mi no tengo ninguna duda. La dureza viene dada por el recorrido, la climatología, la desorganización y el sentimiento que te estás jugando algo mas importante que un puesto, tal vez la vida.
Hay muchas razones para ir y otras muchas para no hacerlo por ello os hago un poco de resumen de esta aventura. Para poder ir a una carrera de estas características necesitamos empresas que nos ayuden a sufragar una parte de los importantes gastos de participación, en esta edición ha colaborado la empresa Climagas Costa Brava, Ajuntament de Santa Cristina d’Aro, Juanals, S.A., Ropa Tactic, Neumáticos Maxxis, Semanario Meta2mil, Televisió Costa Brava, Matxacuca, a todos ellos les doy las gracias por hacerlo posible.
Todo comenzó el jueves día 7 de noviembre de 2005 cuando salí de casa para coger el avión que me llevaría Barcelona-Miami-San Jose (Costa Rica) y después de pasar todo el día en el avión llegaba a Costa Rica, bonito país Centroamericano donde lo primero que vi fueron peatones cruzando la autopista (deporte nacional) y me dirijo a l’hotel Don Fadrique de San José. Con el Jet Lag en el cuerpo me fui a dormir pero a las 3h30’ AM ya estaba en pié montando la bicicleta y oh¡¡ sorpresa, avería en el buje de las CrosMax, al día siguiente un mecánico que me daba mas miedo que confianza puso manos a la obra consiguiendo con un punzón, un martillo, un allen y grasa consiguiendo un clamoroso éxito (muchos de aquí tendrían que aprender), una vez solventado este problema me dedique al solaz descanso Caribeño con una maravillosa lluvia que no nos dejó hasta el día que deje el país.
El tema empezó el 10 de noviembre a las 6h 30’ con desayuno, preparación del equipaje y entregar la bicicleta a la organización para que la transportara a Punta Leona en la costa del Pacífico, nos cargan en un autobús y custodiados por cuatro motoristas con la sirena a tope nos llevan a la salida, nos sentimos presidentes por un momento. Llegamos al medio día, lloviendo como cada día y allí realizamos la primera de muchas colas para conseguir la acreditación, dorsal, etc, un poco mas tarde la cola del hotel, unos maravillosos bungalows para dos personas, a mi me toco con el prestigioso periodista Robert Jones editor de www.canadiancyclist.com y de www.cyclenews.com Después fui al "breafing" de presentación a prensa y a los corredores.
A las 3h del dia 11 empieza el "xou", con lluvia por supuesto, un desayuno rápido, entregar el equipaje y a ir a la salida a las 5h 30’ donde me hicieron una entrevista de TV de la Fox para Adrenalina (seguramente se equivocaron) también a Alejandro Diaz de la Peña que se porto como un jabato en la carrera ocupando al final un currado 17º puesto que es una gran resultado teniendo en cuenta que no disponia de equipo para apoyarlo. La primera etapa se presentaba durísima, la edición mas dura habian dicho en el breafing, con :
110 km
4.600 metros de desnivel positivo
Ambiente selva lluviosa tropical, subtropical y bosque
4 controles
Salimos por el complejo hotelero para a continuación coger una carretera que nos llevaría a la primera ascensión del día, iba como un tonto , para no decir una cosa peor, a mas de 180 pulsaciones, a relevos y a tope por la carretera y empezó la subidilla de marras, al llegar a la mitad unos pinchazos en las piernas, aguanta y resiste pensé. Al llegar arriba del primer puertecíto note que no andaba bien y comencé a hidratarme a tope, pero ya era demasiado tarde y los errores tienen un precio muy alto en este tipo de carreras empezaban a entrarme rampas y solo llevaba dos horas de carrera con unos 22 kms en la mochilla. Ahora venía la puntilla, atravesar la selva de Carrara, un camino de 14 km donde no pasaba ni un TT que estaba completamente embarrado y que la previsión es que los primeros tardaran 2 horas en superar este obstáculo, nosotros tardamos casi tres. Con la bicicleta a la espalda totalmente cargada de un barro pegajoso y con poca agua inicié este tramo, las rampas seguían y aguantaba bien en los tramos a pié pero a la que intentaba colocarme los automáticos veía las estrellas, tuve que beber de los torrentes, cuando escribo esta crónica aún me encuentro bien, a las tres horas salíamos de aquel terreno tan difícil.
Llegamos al primer avituallamiento en un pequeño poblado y como un loco me lanzo a la sandía a la papaya, cargo el cámel y las botellas con isotónica y hago unos estiramientos para intentar abandonar las rampas y me dirijo a una casa para ver si puedo conseguir un poco de sal, me la tomo con un poco de agua y máquina "pal" monte, después de un poco mas de barro cogemos una ancha pista que atraviesa varios ríos, lo estoy pasando verdaderamente mal ya que las rampas me están agobiando mucho, incluso me paro para estirar, cuando de pronto pasamos cerca de otra casa y me paro para pedirles sal y al final, muy contento, me puedo tomar un gran vaso con bicarbonato (ayuda a retener el agua) aunque después andaría con unos retortijones de órdago. La etapa de pronto pasaba por un tramo de carretera que nos llevaría hasta la meta después de pasar el puerto de montaña del "aguacate", a más de 45 kms y ya llegábamos. En este punto ya llevaba más de 10 horas de sufrimiento y allí fuimos neutralizados por la organización ya que no era posible llegar a la meta, esta circunstancia afecto a 200 de 378 corredores, mas del 50%. Cara largas y mucho cansancio en las miradas de todos los que allí estábamos congregados y por esto di una impresionante carcajada a la vez que me tiraba al suelo por que se me habían vuelto enganchar las piernas y esto hizo que todos se rieran. Hay que saber perder.
Segunda etapa San José – Turrialba 78 km y un perfil muy sencillo, 40 de subida y 40 de bajada con una cota máxima nada despreciable de 3.200 metros. Salimos por la carretera de Cartago y al km 4 enganchamos una subida de 2 km con tal pendiente que casi tenemos que poner toda la matraca y al momento tenemos que coger un camino con una pendiente muy grande y con vacas por el camino, tenemos que bajar de la bici y al hombro pasar una zona de agujeros y animales. El resto de la subida se realizó por pistas anchas y carretera, el problema del día comenzó en la cota 2700 ya que cuando pasaba de 150 pulsaciones me mareaba, tuve que bajar el ritmo y así llegamos hasta los 3200 metros donde nos esperaba un avituallamiento, el sol nos estaba acompañando ya que todas las nubes estaban a nuestros pies y ahora teníamos por delante 38 kms de descenso sin descanso por un estrecho camino lleno de piedras sueltas que propiciaban los pinchazos (Frisqui pincho tres veces) Esta zona la afronte con mi amigo Dimitri con el cual nos une un sano pique que viene de otras carreras, dos veces tuvimos que pararnos para estirar los brazos y mas de diez nos salimos de trazada y solo Dimitri degustó el suelo debido a que estábamos bajando la nube y la visibilidad era malísima debido a la lluvia. En el tramo final mi compañero me sacó cincuenta metros ya que me pasé dos veces seguidas de curva, andábamos a tope y aprovechando un trozo de asfalto me acerqué a unos veinte metros , solo faltaban tres kms y el tramo que quedaba era rapidísimo y peligroso ya que era de pequeñas piedras sueltas, 70 km marcamos de máxima, conseguí pasarlo y en la misma meta me volvió a pasar, maldito c... Con todo mojado, nos dimos un manguerazo para quitarnos el barro y nos dispusimos a comer alguna cosa mientras veíamos un colega con el brazo en cabestrillo, varios de cojos y un amigo de Curaçao atravesaba la meta con las rodillas ensangrentadas. Al cabo de dos horas llegábamos al hotel Turrialtico donde mi compañero de habitación, el periodista canadiense Robert Jones, ya estába esperándome para cenar.
La tercera y última etapa se tuvo que modificar debido que las colas de los últimos huracanes habían hecho desbordar varios ríos de la zona. Empezamos con el ascenso a un puerto con 450 metros de ascenso con todo el pelotón a bloque y seguidamente tomamos un caminillo de descenso que nos llevaría a cruzar el primer puente colgando del día, no sin antes saborear una zona de barro que nos llegaba hasta las rodillas y donde pude realizar una patinada con premio. Hay mucha población Costarricense "Ticos" que nos ayudaban y especialmente fue en esta etapa donde mas veces me echaron una mano, la primera fue que al pasar el puente nos esperaba una manguera para poder quitar unos kilos de barro a la bicicleta, engrasar un poco y afrontar la primera subida del día por un camino de unos dos metros de ancho con una fuerte pendiente, precisamente fue en esta subida donde "Frisqui" ganó la carrera. Hacía mucho calor y los "waters points" estaban muy separados si no hubiera sido por los "ticos" que nos dieron agua y fruta no hubiera podido llegar. Una vez coronada la subida iniciábamos una corta bajada por asfalto, que se acabó de manera repentina con un salto de medio metro y el consiguiente susto para continuar con un sube y baja que acabó con un sube de tres pares de narices donde tuvimos que poner todo el cambio que llevaba. A partir de este punto, carretera, peligrosa carretera donde los rebufos de grandes camiones americanos y socavones de medio metro hacían peligrar la integridad de los corredores, y funcionando a relevos para no perder el aire y a mas de 40 km/h. Nos dirigimos a la segunda asistencia donde a partir de allí empezaba la emboscada del día, un placentero tramo de 20 km por la vía de un antiguo tren con el "traca traca" de los traviesas y el dolor en las cervicales, costo encontrar el ritmo pero lo conseguí al marchar a unos 14 km/h por lo que pude adelantar a bastantes corredores, y de pronto unas traviesas mas grandes y un pequeño río, no tengo tiempo de frenar, paso justo, justísimo, habrá que andar con cuidado. Seguimos por la vía y comenzamos a ver la estructura metálica de un puente, solo las traviesas y debajo el rio, empiezo a caminar con la bicicleta a la espalda, el primer tramo bastante bien pero al llegar a la mitad se acaban las traviesas, miro detrás y delante y no veo a nadie, estoy solo y un cosquilleo me sube por la columna, un saltito a la estructura del puente, un pequeño equilibrio por los raíles y halehop ya estoy otra vez en las traviesas del puente, es la primera vez que siento que me juego algo mas que un puesto en una carrera, la piel. Sigo con el "taca taca" hasta un camino que va paralelo al mar del Caribe con unos charcos de agua salada de 30 cm de hondo pero debido a que el fondo estaba duro era totalmente ciclable pero tengo que pararme dos veces para poner aceite a la cadena, ya estoy cerca del final cuando veo a cuatro señoritas en medio de un palmeral ofreciendo a los corredores una asistencia extra, ya falta poco y no vamos ha hacer el tónto, veo la meta, la paso y me encuentro a Bernat, periodista de la revista Mountain Bike que me da la enhorabuena, nos tomamos una cerveza para celebrarlo y me entregan la medalla conmemorativa. Ya está en el saco. Por cierto la etapa la ganó Cesar Montoya seguido de "Frisqui" que fue el ganador absoluto.
A parte de la carrera han sucedido muchas anécdotas y muchas vivencias con nuevos y viejos amigos que buscamos en cualquier rincón del mundo sensaciones extremas donde ponernos a prueba para sentirnos vivos. Si quieres sentir estas sensaciones apúntate el próximo año a la Ruta de los Conquistadores y aunque tiene muchas cosas que mejorar como el control de la bicicletas y bolsas, los avituallamientos, duchas al final de las etapas y una gran fiesta para terminar el evento es totalmente aconsejable. Yo acabo de volver y ya estoy pensando en que lío metérme el próximo año.
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